Casi siempre son dos, pero solo veremos una, la madre los esconde por separado dado el alto nivel de predación que sufren por jabalíes y zorros especialmente. Si los detectan salvará uno cuando menos.
Dejémosle en su escondite bajo la encina en un espacio abierto y soleado cerca del límite del bosque, en esa posición puede detectar bien a sus predadores mientras de seguro su madre permanece cerca y atenta .
Su ternura y belleza colman de felicidad al afortunado observador. Cuídate chiquitín.